El amigo Manso: 26

21/10/2009 3.474 Palabras

El amigo Manso Capítulo XXVI de Benito Pérez Galdós Capítulo XXVI - Llevose el dedo a la boca imponiéndome silencio Su discreción me pareció encantadora. Parecía decirme: «Ya hablaremos largamente de ello y de otras mil cosas agradables». «¿No sabes? -me dijo Lica-. José María se ha puesto muy bravo, porque no he querido ir al palco proscenio. Dice que esto es una gansada... Mejor; que rabie. No me da la gana de ponerme en evidencia. Aquí estamos muy bien... Aguaita, chinito: hemos venido de bata. No te chancees. Aquí vemos todo y nadie nos ve... ¡Jesús, cómo está mi marido! Dice que no sirvo más que para vivir en un potrero... ¡Qué cosa! En fin, que rabie». Mercedes miraba hacia las butacas, y aquel animado panorama a vista de pájaro la desconsolaba un poco, por no encontrarse ella en medio de tanto brillo y hermosura. También estaba doña Jesusa; inaudito fenómeno, tan contrario a sus costumbres sedentarias. «No he venido más que a oírle, niño...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info